jueves, 12 de marzo de 2009

Etiquetas Cerebrales


No somos nada más que algo efímero con el objetivo de acabar desapareciendo. No somos nada más que un cerebro que piensa, un ente en nuestro interior que coordina movimientos con finalidades específicas para la supervivencia y reproducción, que hace que podamos pensar, que seamos capaces de tomar decisiones...no somos nada más que lo que nuestro cerebro quiere que seamos.

La vida sería más fácil si no pudieramos escoger (aunque a veces piense que escoger es sinónimo de la libertad própia). Si cada uno tuviese una función en este mundo, un "destino" prefijado por el cual no deber ni tan si quiera pensar...pero ineludiblemente estamos hechos para eso, para dudar de todo, para pensar y ser libres escogiendo nuestro propio camino, con las dificultades que eso conlleva, aunque hay quien tiene suerte y es advertido a tiempo, incluso mucho antes de tener consciencia.

Parece que uno siente el helor por su sistema al pensar que al nacer se nos etiquete de "tu arquitecto/a", "tu obrero/a", "tu cajero/a", "tu...buscate la vida". Llevo tiempo pensando que la existencia sería menos complicada si se nos etiquetara. Seguramente hablo o pienso por mi, incluso quizás por alguien con ciertas dudas como yo en los momentos en los que se pone en marcha nuestra materia gris, no para llevar a cabo ninguna actividad motora, sinó para pensar en el más allá, para planificar un futuro incierto del que se nos habla des de bien pequeños. Para el que supuestamente se nos prepara y se nos forma desde que nacemos con la idea de ser unos triunfadores, de construir proyectos en nuestro presente para tener un futuro con bases sólidas, se nos da ideas para escoger una formación dándo la espalda nuestra etiqueta cerebral, aquello que nadie más que tu propio cerebro sabe hacer mejor y es capaz de vislumbrar en soledad sin nubarrones juveniles.

Pero no estamos hechos para un mundo como este y el mundo no está hecho para una espécie como la humana, capaz de pensar más allá de la etiqueta, de destruir caminos que se supone que debiamos recorrer, de hacer cuesta arriba caminos que se dibujaban llanos, de descubrir caminos por los que nos aventuramos y por los que no estamos preparados a dar pasos.

Los "etiquetados" tienen suerte de saber que serán eso que su cerebro quiere que sean, los "no etiquetados" dudarán, sabran que existen y que, a veces, muy a su pesar, deberán dar mucho más rodeo para encontrar esa etiqueta que un dia se desprendió con un golpe de viento.

Así que si estás en el segundo grupo, prepara bien a tu mente, o mejor dicho deja que tu mente te prepare a ti y a tus piernas para emprender tu Everest personal hacia un objeto que voló, con el que se supone que la vida debe ser más facil o menos difícil.

2 comentarios:

Unknown dijo...

i tu on estás?¿

jo no en tinc ni idea... pero com tu dius... vaig pujant a ritme de que el meu cos em demana... així es més divertit i interesant... alomillor acabo sent algo inesperat que no pensaria mai... i divento la persona més feliç del món hihihi

petons!!!! i VIUUUU!!!!

miqui dijo...

O las etiquetas te las pones tú, si eres lo bastante hábil como para hacerlo antes que lo hagan los demás. Si tú no decides, los demás lo hacen por tí. O las circunstancias. Y eso no es ser libre, es ser esclavo.
Y siempre pensando que todos tenemos derecho a equivocarnos. Cuando creemos haber errado el tiro, variamos el punto de mira y, por aproximación, vamos probando hasta acertar. Si a la primera le damos, perfecto. Pero es necesario un conocimiento perfecto del arma y la calma necesaria. Sirve el ejemplo?
Un abrazo, Tito